El xoconostle mejor conocido
como cactus acido por los aztecas viene de las tierras semiáridas del centro de
México gracias a su capacidad de adaptación y nutrientes.
Desde las últimas cinco
décadas este fruto del desierto y sus variaciones se han convertido en una de
las cosechas formales de México, gracias a que cada vez tiene mayor relevancia
y vanguardia en la utilización de platillos como lo son: salsas, jugos refrescantes,
platos fuertes, licuados e inclusive en
aspectos de medicina alternativa, fungiendo en la actualidad como uno de los
ingredientes base de la dieta de los granjeros tradicionales. Algunos de los
platos fuertes que tienen xoconostle dentro de sus ingredientes es el famosos
mole de olla, el caldo de xoconostle y en alguna de sus variedades hasta el
pico de gallo.
Este fruto no solo ayuda a
reducir el colesterol y controlar la obesidad (que falta le hace al pueblo
mexicano ocupando el lugar número uno en obesidad infantil), sino que
proporciona grandes cantidades de nutrientes, como lo son un 58% de hierro y un
13% de zinc a la dieta diaria de los mexicanos.
Por lo tanto podríamos
considerarlos un fruto esencial dentro de la dieta de los mexicanos, por lo que
hay que mantenernos documentados y actualizados acerca de sus beneficios,
gracias a que la continua urbanización ha logrado la deforestación de cientos
de cactus de xoconostle, convirtiéndose en un problema medio ambiental gracias
a la escases de documentos e información que existen respecto al tema.
Por último es importante
recordar que dentro del ámbito de la cosecha en México existen solamente dos
productores principales de dicho alimento ancestral que son: el señor Fidel
Orozco Aguilar en Villa Tezontepec, Hidalgo y saín Alto en Zacatecas, los
cuales fomentan el crecimiento de este y todas sus variaciones sin importar textura, tamaño o sabor.
Fuentes:
Fuentes:
Gallegos-Vázquez,
C., Scheinvar, L., Núñez-Colín, C. A., & Mondragón-Jacobo, C. (2012). Morphological
diversity of xoconostles (Opuntia spp.) or acidic cactus pears: a Mexican
contribution to functional foods. Fruits, 67(2), 109-120.
doi:10.1051/fruits/2012001
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